Anoche no encontré mi rostro en el espejo,
entonces quise ser horizonte.
No encontré mis ojos,
entonces quise ser bajo tus párpados.
No encontré mi boca,
entonces quise ser entre tus labios.
No encontré el fondo de mi pecho,
entonces quise ser cristal adentro.
No encontré mis manos,
entonces quise ser sobre tus palmas.
No encontré mi piel,
entonces quise ser el alma cruda,
inmunda.
Mi rostro fue quién quiso ser.
Juan Pablo Svaluto Marchi
domingo, 14 de octubre de 2012
miércoles, 3 de octubre de 2012
Los gritos
Mis gritos se perdieron por
ahí,
huérfanos, no supieron dónde
ir.
La noche me dijo que los vio
siendo sangre en un rincón.
He gritado tanto que mi
garganta se secó.
Mis gritos fueron abandonados
con los ojos abiertos,
embarrados,
pero la noche fue quién los
perdió.
He gritado tanto que no sé
dónde dejé la voz.
Mis gritos decidieron ser
la carne oscura, latente,
pero el cuerpo de la noche se
pudrió.
He gritado tanto tantas
noches que ya no sé
si soy grito o noche o qué
soy.
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