Con suerte el mundo me resulta
más nítido, más equilibrado,
pero tiemblo.
Tiemblo.
Porque prefiero temblar a hacer pie,
reducirme a mí mismo, es duro,
pero tiemblo.
Tiemblo.
Me recorro exhaustivamente hasta
el rincón más trémulo de mi existencia,
y no tiene fondo,
por eso tiemblo.
Juan Pablo Svaluto Marchi
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