miércoles, 15 de febrero de 2012

1572

Mucho tiempo habitó los siglos y
difamó el tiempo un león infame
que con su fraguar dividió el cuerpo
de la tierra perpetua.

Una parte quedó inmóvil, agonizante,
sobre la piedra. La otra parte, sigilosa,
penetró la historia y sopló el polvo de sus ojos
para convertirse en certeza de lo ocurrido
y en verdugo de lo escrito.

Juan Pablo Svaluto Marchi



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